martes, 4 de enero de 2011

Mi 2011

Cuando se produce el inicio de un nuevo ciclo, las personas comunmente nos planteamos una serie de propuestas que llevar a cabo y que significan un cambio o evolución en relación al ciclo precedente. Son fruto de la reflexión cognitiva, procesos de ideación expontáneos que han ido consolidándose o bien de la fantasía, de la imitación social o conductas estereotipadas.

La finalidad de las propuestas suele ser reparadora o de crecimiento, es decir, que van a ayudar a corregir alguna cuestión personal que tiene implicación social, familiar o laboral, o bien se tratará de alguna cuestión personal que tenga a ver con el self o uno mismo/a más íntimo.

Las etapas suelen verse configuradas por el cambio de año, la fecha de nacimiento, el aniversario de algún acontecimiento simbólico o por events life (eventos vitales), es decir, son momentos que marcan un antes y un después.

La sociedad actual, que tiene un calendario a mi forma de ver desnaturalizado y castrador, que a base de romper la ligazón con los ritmos del sol y de la luna e imponernos la obligación de seguir otros, ocasionan (¡buscan!) un sutil divorcio entre natura y cultura, haciéndonos a secundar unos horarios y cliclos artificiales en vez de los biorritmos a los que nuestro organismo atiende desde hace miles de miles de años: Los cambios de año no se vinculan a ningún evento astronómico notable; los meses se han establecido en 12 debido a las posibilidades de ordenamiento matemático que posibilita en lugar de los 13 lunares mientras adormecen la divinidad de las mujeres, o bien modifican, atrasando o adelantando, el horario diario, impidiendo o dificultando el establecimiento de rutinas energéticas y/o de purificación que los pueblos han practicado tradicionalmente a la salida del sol.

Y pese a ello, debemos de tratar de ser hiperconscientes del tiempo que transcurre y de la vida que nos recorre, y aún utilizando el 1 de enero como anclaje mental, nos puede servir como aferramiento para el año que entra.



El año 2010 ha sido utilizado por el capitalismo globalizado para volver a destapar el frasco de las esencias mediante un coup de force absolutamente mundial, sin precedentes en su calada, y amparado o disfrazado tras la medidas frente a la crisis y que no son si no una puñalada trapera al estado de bienestar y que pueden estar marcando el inicio de una nueva civilización que quizá emergiera claramente a la luz en el manido 2012. Así pues, el 2011 seguramente acentuará y ampliará las medidas que restrinjan libertades, la capacidad de maniobra, debilite las redes de apoyo sociales, etc. a la par que los poderosos y las élites que los secundan y amparan, crezcan precisamente allá donde los otros disminuyen. Y seguiremos preguntándonos un año más si todavía la Naturaleza tendrá amor y energía suficiente para seguir adelante y sin entrar en el camino sin retorno.


El 2011 aparece lleno de incógnitas relevantes y lleno de complejidad. La numerología pronostica que ha de ser más estable que el anterior, puesto que el 4 (2+0+1+1=4) es un número que se acompaña de más firmeza o estabilidad, allá quien quiera considerarlo. Particularmente, lo que he ido observando con el paso de los años y el suceder de acontecimientos es que los grandes actos se han sucedido siempre antes de pequeñas actuaciones en la misma dirección, ya sean para bien o para mal.

He decidido, por lo tanto, frente a la complejidad apoyarme y asociarme con otros, y frente a la magnitud centrarme en lo contiguo y lo accesible. Para mi 4 resuena a corazón, el chakra de la cordialidad, del amor. Los años pasados han aportado muchos conocimientos, pero seguramente el corazón encierra una sabiduría de orden superior y además que empuja a la acción... Así pués el pequeño gesto, la lucha por lo inmediato, el cultivo de la amistad y el asociacionismo de proximidad serán los ejes que trataré de mantener vivos durante este período: ¡Por mantener el mundo y tratar de hacerlo un poquito mejor !